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Bullying y convivencia escolar

El 2 de este mes se celebró el Día Internacional contra el Acoso Escolar como una forma de generar conciencia ante una realidad que se cobra más de 200 mil vidas al año. La ONG Bullying sin Fronteras realizó un estudio en varios países y reportó que el 70% de los niños argentinos sufren estos maltratos diariamente.

Resulta doloroso reconocer que, también en este terreno, nuestro país marcha a la cabeza como uno de los que más casos de bullying y ciberbullying registra en el mundo. Respecto del último informe, de 2019, se contabiliza un incremento de un 20% con realidades diferentes según las provincias.

Las formas que pueden asumir el hostigamiento y el abuso en la escuela incluyen agresiones verbales, físicas, y hoy más que nunca, digitales, que se repiten en el tiempo entre compañeros, afectando el bienestar y el rendimiento académico del acosado.

La discriminación por distintas razones, la homofobia, la violencia sexual o el castigo corporal pueden convertir a una escuela en un sitio inseguro y peligroso para quienes llevarán esas heridas durante mucho tiempo.

Mediante golpes, empujones, patadas, robos o daños intencionados, individual o grupalmente, hay quienes se erigen en figuras de control y someten la psiquis de las víctimas, humillándolas. Otras condenables conductas promueven la baja de la autoestima mediante difamaciones y mentiras, burlas, amenazas y chantajes emocionales, lo cual puede conducir a la depresión y, en algunos casos, al suicidio.

Padres y educadores debemos estar en condiciones de identificar, intervenir y tratar de evitar lo más tempranamente posible estas situaciones, tanto en las aulas como fuera de ellas. Resulta clave generar redes de confianza, promover la escucha, inculcando comportamientos y valores de respeto, equidad, empatía y buen trato. Informar a los niños para que se sientan también ellos responsables en esta lucha, trabajar las temáticas en clase para generar mayor conciencia y contribuir a romper la peligrosa espiral de silencio permitiendo así activar mecanismos de denuncia.

El caso de un padre que amenazó de muerte a un compañerito de su hija víctima de bullying adquirió difusión recientemente. La violencia no se resuelve nunca con más violencia. Deben promoverse otros caminos que comprometan a todos los actores y las escuelas deben poder dar respuesta asertiva y responsable a estas situaciones. Fundación LA NACION suma su contribución y pone a disposición una exhaustiva guía de recomendaciones (lanacion.com.ar/comunidad/hablemos-de-todo/bullying/).

En una sociedad fragmentada, con altos niveles de agresión, los adultos debemos hacernos cargo de nuestra cuota de responsabilidad ante los modelos y ejemplos que transmitimos a los menores de edad.

Celebrar las diferencias y alentar una pacífica convivencia, libre de cualquier forma de violencia, será también ayudarlos para que las aulas sean espacios seguros de crecimiento y aprendizaje.

https://www.lanacion.com.ar/editoriales/bullying-y-convivencia-escolar-nid29052022/